Siempre me miro en tus ojos. Y si en mis ojos te miras, todo queda entre nosotros.

 Hola soy Héctor, y hoy me apetece enseñaros un poco mi underwear.

 Mi punto espiritual actual es artístico, divertido, hondo, transgresor y positivo.

A los que disienten, mis mejores deseos. Pero que desistan...no me cambiarán. No les haré caso. Quiero dejar meridianamente claro que nunca he querido convencer a nadie de nada. Lo que impido es q nadie me coarte a mí.

 No concibo la existencia de un blog, sin contar cosas personales. Es decir sin entregar una parte de lo que eres o sientes a tus amables lectores. Así lo he ido haciendo desde hace mucho tiempo y así seguiré.

Os pido por lo tanto, que  aquellos fieles que han leído con atención lo que escribía desde los albores, que hoy se presenten aquí. Aquellos que hayan leído mi marzo diario (nadie firmó pese a mis súplicas), que vengan, aquellos que sepan quién soy, que vengan. Que vengan todos cojones, porque como dijo la aplicación de Juan Antonio, yo escribo para la gente que me  lee, sean 4 o 100. Y hay gente como tú, que me lees, y para mí eso es suficiente.

En ocasiones me da la onda de que siempre he precipitado los plazos. Dos relaciones he tenido en mi vida. La primera de 8 años más 2 de velatorio hacen un total de diez, La segunda duró menos, pero me dejó igual de jodido y joder también ha habido velatorio, porque la quería y la quise como a ninguna. Me enamoré y le dije muy venezoladamente (VENEZUELA) la última vez que la ví, que sus hijos llevarían mis apellidos. Para que vean hasta que punto llegué en mi relación con el Baix Llobregat. Pero el mundo aunque uno quiera, no se detiene.  Y seguimos viviendo. De ahí mi amor por Hugo y sus acólitos. El concepto es que  no salió bien. Y ya no me culpo.  A ambas las quise, y de las dos me enamoré. Así que hacemos recuento y me sale a dos relaciones en 28 años, sería una cada catorce. Sumándole 14 a 28 me suma 42, edad cojonuda para comenzar de nuevo. Aunque mi prima Belen, sabe cuál es mi franja buena.

 Decía que me he precipitado en los plazos. "Los hicimos tan mal..."  me reprocho  a menudo precisamente eso con mi última relación.  Hacerlo mal, porque joder, estar estaba muy enamorado, entonces que cojones pasó?? Inutilidad, mongolismo, ligero retraso mental, o simplemente no saber comunicar ni adecuar los sentimientos a cada circunstancia.  Apuesto por lo último. 

Tiempo atrás con Laura solíamos aparcar en miradores y polígonos, sedientos de amor y variedades. Discutíamos  de cosas comunes, de temas sin importancia, con el mismo rigor con el que más tarde nos hacíamos  el amor.  Fue una época deliciosa. 

Tiempo después cuando todo se fue a tomar por culo. Descubrí que la ciudad no tiene lugares donde poder llorar sin ser visto. Que no existen escondites o portales donde dejar caer una tras otra las lágrimas que hagan falta. Que las plazas y los parques no disponen de columpios sin niños risueños o parejas que recuerdan el vacío del pecho.  Lugares precisos cuando uno necesita llorar; con rabia a veces, otras triste y desarmado, algunas casi imperceptible, con lágrimas diminutas, y en ocasiones en abundancia, sin pausa, empapando bien la cara, como un “llorador” profesional…

VIVIREMOS Y VENCEREMOS.

Una auténtica vuelta a la vida, así es como podría definir estas últimas semanas de ojos y mentes ansiosas de aprender y vivir. Comencé marchándome por ahí, on my own, seguí con mi Eric, yéndome a Ibiza, continué con mi prima favorita y mañana me piro a Saint Jean de Pied de Port.

Cada viaje, cada camino, tiene su peculiaridad, hay quien pasa por ellos sin fijarse en lo que le ofrecen, sin detenerse a saborearlos y que no conserva de ellos más poso que el que le pueda ofrecer su álbum fotográfico. Y luego está quien está abierto a vivir cada camino como una experiencia única e irrepetible, quien está dispuesto a aprender y retener lo aprendido, quien permite que las huellas le calen de tal forma que incluso cambie su cotidianeidad.

No sabría decir, a ciencia cierta, qué es o dónde exactamente ha ocurrido, personalmente lo situo entre los meses de Febrero y Mayo después de mi ruptura con mi último y gran amor de mi vida. 

 Pero sí que es cierto que este camino me ha ayudado a quitarme muchos de mis lastres personales, me ha ayudado a soltar inseguridades y a mirar con los ojos de niño no sólo el camino de ida, sino también a tomar con la misma o más ilusión el de vuelta.

Me voy de nuevo de  viaje y me voy para encontrar sin buscar, la paz, el equilibrio, los versos, los sueños, A MI MISMO.

Calculo que en unos 15 días andaré de nuevo por aquí. Hasta entonces sigan visitando el blog, trataré de buscar  conexión.

El futuro será, qué duda cabe 

Una puerta, la única

Que no debe cerrarse.