Huelga General

Martes.

Probablemente el que no haya cenado ayer en la lujosa casa de sus padres. Lo habrá hecho en la propia. Con los últimos avances tanto en lo audiovisual, como en lo que a furniture se refiere.
El que no haya acudido al nuevo gimnasio de Rubí con cuotas prohibitivas, habrá comido carpaccio. Vivimos rodeados del lujo y del oropel. Todos y cuando digo todos es TODOS. Somos hijos de un tiempo determinado, en el que los derechos laborales los hemos encontrado. No hemos tenido que luchar por nada. Mañana sin embargo puede ser una buena oportunidad

Supongo que este primer párrafo es una manera que roza lo lamentable para comentar la huelga general de mañana. Es complicado aducir los motivos personales de cada persona que visita el blog. Pero mañana hay huelga general, la entrada la había preparado para el domingo pero no la publiqué. Y he tenido que modificar el contenido aprovechando ciertas cosas

En todo caso os voy a dar mi opinión personal.
La reforma laboral impulsada por el gobierno de Zapatero es el mayor recorte de derechos laborales en los últimos 30 años.

Una reforma laboral que se pretende justificar con la crisis, pero que en realidad sólo está orientada a dar más facilidades a las empresas para hacer contratos irregulares, ignorar los convenios colectivos y despedir más barato a los trabajadores. Una reforma que significará más temporalidad y desregulación en la contratación; una sustancial rebaja en la indemnización por despido improcedente; enormes facilidades para que las empresas se descuelguen de los convenios en materias como el salario, la jornada o los horarios. Más precariedad, más inseguridad, menos sueldo, menos derechos.

Por otro lado es evidente que existe toda una campaña, orquestada por innumerables medios de comunicación, dirigida al desprestigio de lo que se entiende comúnmente por sindicalismo. Parece que secundar la huelga es poco menos que declararse un radical. Yo opino que es todo lo contrario. Reclamar los derechos que se han logrado a lo largo de los años es una necesidad y un derecho inalienable.